lunes, 17 de septiembre de 2012

Capitulo 5


El local era bastante pequeño y algo agobiante pero estaba a reventar y eso me ilusionaba más que nada. Nos encontrábamos en la parte de atrás del escenario. Quedaban 15 minutos para salir. En ese momento Katia entró en la habitación. Llevaba unos pantalones vaqueros bastante ceñidos una camiseta con el dibujo de un chico y un chaleco encima. Unas converse con estrellas cubrían sus pies y llevaba el largo pelo rubio recogido en una trenza. Me aproximé a ella y le di un corto abrazo.
-Chicos, esta es Katia Blaze, esa chica tan maja de la que os he hablado. Katia, estos son Jake, Jack, Rose y Eric.
Todos se presentaron amablemente a la recién llegada y en seguida socializaron con ella.
Llegó la hora de estar bajo los focos así que salimos al escenario y lo hicimos lo mejor posible. Al acabar el concierto salimos del local y unos cuantos chavales nos pidieron autógrafos, lo cual me sorprendió bastante.
Decidimos salir de fiesta e invitamos a Katia a que se uniera. Ella aceptó encantada y nos recomendó un local de por allí cerca.
Bailamos, bebimos y nos lo pasamos tremendamente bien.
A la mañana siguiente desperté en el suelo del autobús, tapada con una manta, junto a Eric y desnuda. Posiblemente, por no decir seguro, habríamos llegado muy borrachos nos había dado un calentón y nos habíamos acostado.
Escudriñé el interior del bus y vi que todos dormían. No encontré a Katia por lo que supuse que se había ido a casa. Me levanté aún desnuda y me dirigí al baño para darme una ducha.
-¡Ya no puedo esperar más!- Exclamó Jeffrey golpeando la mesa y asustándonos.- ¡Tengo la mejor noticia posible!
Todos paramos de comer y lo miramos expectantes.
-¡He encontrado novia!- Proclamó.
Lo miramos con cara de: "Estás de broma, ¿no?"
-Es broma, es broma...- Aclaró.- Es mucho mejor, anoche... alguien influyente en Insane Records vio vuestro concierto... ¡Y QUIERE CONTRATAROS!
Todos saltamos, gritamos, nos abrazos volvimos a gritar e hicimos que el contenido de nuestras tazas se derramase.
-Lo único negativo es que nos tendríamos que ir a Los Ángeles antes de diez días.
"¿Negativo?" me pregunté. Era la mejor noticia que me habían dado jamás.
-¿Estáis dispuestos?- Preguntó Jeffrey.
Nos miramos emocionados los unos a los otros y respondimos afirmativamente.
Estábamos de nuevo en Knoxville pero por poco tiempo. Nos íbamos a LA en un par de días. 
Antes de regresar habíamos pasado un par de días en Austin. Katia y yo nos habíamos hecho buenas amigas. Le propuse que se viniese con nosotros a Los Ángeles pero declinó la oferta diciendo que no podía en esos momentos pero que no descartaba la idea para más adelante.
Mi madre reaccionó como una histérica al conocer la noticia de que me iba a vivir a Los Ángeles pero su opinión poco importaba. Me insultó. Me insultó tanto como pudo y me atacó utilizando el tema que más me dolía. Mi padre. Intentaba ignorar todos sus comentarios, no le respondía, pero me herían en lo más profundo del alma. Recé a dios por ella, cosa poco habitual en mí pues no era demasiado creyente, y le pedí que estuviese bien y volviese a ser lo que era.
Tras muchos preparativos nos pusimos de camino a Los Ángeles. En esta ocasión viajábamos en un coche 7 plazas, pues el alquiler del bus había acabado. El viaje fue algo largo y cansado, pero mereció la pena. Llegamos tarde, a eso de las dos de la madrugada, por lo que decidimos irnos a dormir y explorar LA al día siguiente.

Capitulo 4

Nos sentamos en unos cómodos sillones de una pequeña sala en la que olía a rosas. Las paredes estaban pintadas de un pulcro color blanco y en ellas estaban colgadas unas cuantas fotografías en blanco y negro. El parqué del suelo era de una marrón muy oscuro y desprendía un agradable calor. Una mesa baja de cristal se hallaba situada en el centro de la habitación a la cual rodeaban unos sillones que combinaban a la perfección con el resto de la estancia.
Tom nos sirvió café a Jack y a mí y puso una grabadora sobre la mesa.
-Bueno chicos, contadme, ¿de dónde sois?- Preguntó seguidamente.
Jack y yo cruzamos una mirada y sin decir una sola palabra acordamos que yo empezaría a hablar.
-Pues todos somos de aquí, de Texas, de Knoxville concretamente, excepto Eric, que es de Tennessee.
-Oh, muy bonitos lugares. ¿Podríais hablarme un poco del grupo?
-Claro, a ver; empezamos con esto hará ya unos... 5 ó 6 años. El nombre "Fireflies in a Gale" lo sacamos de un libro. Hm... Somos 5 y, nunca pensamos que llegaríamos a grabar un disco.- Explicó Jack.
-Entiendo, me acabas de decir que sois 5, ¿qué lugar ocupáis cada uno en el grupo?
-Pues yo soy la vocalista, Jack es el bajista, Rose guitarrista solista, Eric guitarrista rítmico y Jake batería.
Tom siguió preguntando impasible todo lo que tenía anotado en una hoja.
-Pues muchas gracias.- Dijo cuando terminamos de responder la última cuestión.- Habéis sido muy amables. Espero que esta sea la primera de muchas entrevistas con vosotros. Ahora, si no os importa, os llevaré a que os hagan unas cuantas fotos.
Tom nos guió hasta el estudio de fotografía que tenían allí. Se despidió estrechándonos la mano y se fue.
Entramos en la habitación en la que nos harían la sesión fotográfica y allí conocimos a Dag Berger, un chico de 28 años, nacido en Estocolmo, Suecia, alto y delgado, rubio y con unos ojos muy, muy claros. Durante unos tres cuartos de hora aproximadamente Jack y yo estuvimos posando para él en lo que se convirtió en una divertida y alocada sesión fotográfica. Cuando ésta acabó nos dirigimos a dónde Jeffrey nos esperaba para volver a "casa".
-¿Qué tal ha sido?- Preguntó Rose en cuanto abrimos la puerta.
-Muy divertido.- Respondí.
-Ha sido genial.- Dijo Jack.
Rose hizo una mueca en la que se podía leer una leve tristeza pero en seguida volvió a recuperar su sonrisa habitual.
-Nos mandarán unas cuantas copias de la revista cuando esté lista.- anunció Jeffrey.- Y bueno chicos, vamos a cenar que ya mismo nos pondremos en marcha.
Me desperté bruscamente a causa de una pesadilla. Miré el reloj. Las 10:15 de la mañana. El autobús estaba estacionado en una zona habilitada para a ello. El viaje desde Dallas hasta Austin era bastante corto por lo que había estado despierta durante el trayecto y luego me había dormido.
Durante dicho viaje me había planteado ciertas cosas. Me preguntaba, ante todo, qué haríamos tras el concierto de esa noche. La discográfica con la que habíamos publicado nuestro primer disco tan solo nos había contratado para eso por lo que nos tocaba esperar a recibir alguna oferta y si ésta no llegaba el sueño se acabaría.
Salí del autobús en silencio después de vestirme. Necesitaba despejar la mente. Fuera hacía frio y un gélido aire soplaba de cuando en cuando. Paseé por los alrededores de la zona de aparcamiento. No había demasiadas cosas; un pequeño supermercado, una gasolinera y un bar de carretera al que entré a desayunar. 
Pedí un café y unas tostadas. La camarera, una chica joven y guapa, tardó menos de un minuto en servirme. Como no había nadie más en el bar se puso a hablar conmigo:
-Uh, menudo tiempo hace, han dicho en las noticias que es posible que nieve.- Empezó.
-Vaya, no lo sabía. Está siendo un diciembre de lo más helado.
-Uno de los más fríos que yo recuerde. Soy Katia, encantada.
-Yo Laura, igualmente.
-¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?
-Eso mismo me pregunto yo sobre ti, Katia.
Soltó una risa apagada y mirando al exterior respondió:
-Bueno... este local es de mi padre y cómo él no puede ocuparse de esto debo hacerlo yo...
-Espero no ser grosera pero, ¿qué le ocurre?
-Padece un cáncer terminal. Está en rehabilitación... Él no lo sabe pero los médicos no le dan más de tres meses de vida...- me contó Katia. 
Al pronunciar estas últimas palabras la voz se le quebró y los ojos se le humedecieron.
-Mi madre murió cuando yo solo tenía tres años y desde entonces solo lo tengo a él...-siguió relatando.
Bajó la cabeza haciendo que el flequillo rubio le tapase los ojos.
-Oh... Lo siento mucho. No debería haber preguntado.
-No, no importa.
Dio un suspiro y me sonrió aún con una lágrima surcándole la mejilla.
-Tu turno.- Me dijo.- ¿Qué haces aquí?
-Bueno, hm... Tengo un grupo. Estamos empezando, hemos sacado nuestro primer disco y hoy damos un modesto concierto aquí. Es el último de nuestra "gira" y tengo miedo... No quiero regresar a casa.
Katia me miró con cara interrogante.
-Mi padre también murió, yo tenía 8 años, estábamos en su pequeño comercio de instrumentos en Knoxville, de repente un hombre extraño entró en la tienda, se aproximó a la caja y sacó una pistola. Nos amenazó. Iba a dispararme pero mi padre se interpuso. Recibió un balazo mortal que le perforó un pulmón. El ladrón huyó y mi padre murió delante de mis propios ojos.- Relaté.- Tuve una fuerte depresión y mi madre también, desde entonces ella no es la misma. Comenzó a maltratarme física y psicológicamente, y aún es así...
Katia me miraba asombrada.
-Mi único refugio es la música.- Continué.- Y temo el día en que deba regresar... Me siento terriblemente sola a veces, y tengo un miedo atroz a fracasar en mi gran sueño...
Bebí el café que quedaba en mi taza y miré a Katia. Ésta tenía los ojos muy abiertos.
-Lo siento...- dijo en un susurro.
-No importa... estoy bien.
Mi móvil comenzó a sonar.
-Dime Jake... Desayunando... En un bar cerca del bus... Sí, vuelvo pronto... No te preocupes... Y yo a ti.
-¿Tu novio?
-¡No...!- me reí.- Es mi batería.
-Ah, entiendo.
Katia me llenó la taza de café.
-A este invita la casa.- Anunció.
Charlamos un rato más, intercambiamos teléfonos y decidí que debía irme.
-Te prometo que compraré tu disco.- Me dijo Katia.
-Y yo que vendré a visitarte.
-Seguro que cuando te hagas famosa no querrás venir...
-¡Claro que sí!
Ambas nos reímos, abrí la puerta, me despedí con la mano y salí.
-¡Oye Katia!- exclamé regresando a toda prisa.- ¿A qué hora cierras esto?
-A las nueve. ¿Por?
-¿Te gustaría asistir al concierto?

sábado, 8 de septiembre de 2012

Capitulo 3


Me desperté muy descansada. Como si hubiese dormido semanas. Mi dolor de cabeza había desaparecido y me sentía estupendamente. Me estiré y me crujió la espalda. Al levantarme me di cuenta de que aún llevaba la ropa de la noche anterior. Me llegó un fuerte olor a alcohol y vi a mis compañeros de grupo durmiendo a pierna suelta en sus respectivas camas. Cogí ropa y me dirigí al estrecho cuarto de baño para darme una ducha. En nuestro bus el espacio estaba muy bien aprovechado. Había seis pequeñas camas que hacían la vez de asientos, tres mesas, una cocina muy pequeña, el cuarto de baño y la zona del conductor.
Mientras me duchaba pensaba en la entrevista que tenía a las 4:00 de la tarde. Estaba algo nerviosa. Después de eso cogeríamos el bus para irnos a Austin. Lugar en el que daríamos el último concierto de nuestra primera pequeña gira.
Todo había pasado tremendamente rápido; la formación del grupo, los ensayos, Jeffrey, la creación del disco, la grabación de éste, la distribución, las ventas, el comienzo de nuestra modesta gira, los conciertos... Aún me parecía fascinante la de vueltas que da la vida.
Cogí la toalla y me envolví en ella.
-¡Coño!- Solté al ver a Jake allí.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no reparado en que alguien había entrado al baño. 
-¿Por qué siempre andas asustándome?- pregunté mientras me secaba el pelo con otra toalla.
-Ya sabes que no lo hago a posta.
-Claro que lo sé.
Le di un beso en la mejilla, cogí mi ropa y mi sombra de ojos y abrí la puerta.
-El baño ya es todo tuyo. Buenos días por cierto.
Le guiñé y salí de allí. Jack, Rose y Eric seguían durmiendo. Me vestí rápidamente y puse mi cama "en modo asiento", me maquillé y me dispuse a preparar un café.
Cuando terminé de preparar el desayuno fui despertando a todos uno a uno. Rose se despertó enseguida, Jack se resistió un poco más y tuve que zarandearlo y Jeffrey se levantó solo. Me aproximé a Eric que dormía bocarriba.
-McDougall...- Susurré.- Despierta...
No obtuve respuesta así que le di unos pequeños empujoncitos. Sin que me lo esperase levantó la cabeza y me dio un beso en los labios. En ese momento Jake salía del baño. Éste miró a Eric con recelo y se sentó con los demás.
-Joder Eric, ya empezamos...
-Vamos Damon... admite de una vez que te encanta.
-Que te den.- sentencié y puse cara de enfado.
Eric era, lo que podría decirse, mi occasional lover. De vez en cuando manteníamos relaciones sexuales, cuando estábamos muy borrachos o cuando simplemente nos apetecía, pero nunca ninguno de los había hablado de sentimientos.
-Venga, a desayunar.- Le ordené.
-Sí, mi sargento.- contestó poniéndose la mano en la cabeza.
Caminé hacía dónde estaban los demás que miraban divertidos la escena.
Salimos a dar una vuelta por Dallas. Queríamos comprar unas cuantas cosas e íbamos a almorzar en algún sitio de por allí.
-Está siendo divertido...- Comentó Rose mientras esperábamos que nos trajesen el postre.
-¿El qué?- Preguntó Jake algo confuso, al igual que todos.
-Pues esto. Esta experiencia.- Contestó ella como si fuese obvio.- Imaginaos, ahora mismo nadie nos reconoce pero quizás dentro de un tiempo la gente se pegue por conseguir estar cerca de nosotros.
Todos las escuchamos atentos, absorbiendo cada una de sus palabras y analizando la situación que nos presentaba.
-Bueno, en mi opinión es mejor que os centréis en el presente.- Sermoneó Jeffrey.- No quiero que os valláis por las ramas...
Nos reímos.
-¡Anda ya!- exclamó Jack.
Todos nos acompañaron hasta la redacción de la revista pero solo Jeffrey, Jack y yo entramos.
Examiné cada rincón. Me encantaba aquello. Unos estaban concentrados en sus ordenadores, otros iban de aquí para allá, otros trataban algunos temas importantes... Sonreí al verlo todo. Amaba el periodismo. Si no hubiese escogido el camino de la música me habría dedicado a ello.
-Buenas, soy Tom Rogers, periodista. Yo seré quien os entreviste.- Se presentó un hombre de unos 47 años, pelirrojo y algo calvo.

Nos presentamos y amablemente él nos dirigió al lugar en el que se realizaría la entrevista.

Capitulo 2


Cogí una de mis chaquetas, me hice con los folletos y salí del autobús. Paseé hasta un lugar de mucho transito y encendí un cigarrillo. No pasaba demasiada gente por lo que decidí sentarme un rato.
Tiré el cigarro al suelo y lo pise. Solté el humo de la última calada y me levanté. Tenía que ponerme las pilas. Vi a un par de chicas de unos 15 o 16 años caminando en mi dirección, sonreí y me preparé para soltarles todo el rollo.
-Hola chicas.- saludé cuando las tuve lo suficientemente cerca como para que me escuchasen.
Me miraron sin decir nada y continuaron andando. Pensé que no podía perder la oportunidad e insistí.
-Disculpad, ¿podríais prestarme unos minutos de tu tiempo?
Volvieron a mirarme sin decir nada pero se detuvieron.
-Gracias.- les dije sonriendo.- Veréis, mi grupo y yo estamos empezando en esto de la música y bueno, necesitamos un poco de apoyo…
Siguieron sin soltar palabra.
-Tomad.- dije dándole un folleto a cada una.- Somos Fireflies In A Gale un grupo de música rock, por ahora solo hemos sacado un disco, Nightmare Journey,  venimos de una discográfica humilde, no podemos permitirnos mucha publicidad, bueno, dejo de daros la brasa, gracias por vuestro tiempo, espero que al menos intentéis descubrir como sonamos.
-Adiós.- se despidió una de las chicas.
Reparé en que la chica que se había despedido llevaba un colgante de una púa de Metallica. “Bueno… quizás nos escuchen…” pensé. Suspiré y seguí intentando captar algún otro seguidor.
Cuando ya no sentía los dedos decidí regresar al autobús. Abrí la puerta y di un pequeño grito al ver justo enfrente de mí a Jake con el pelo revuelto.
-¿Tan mal estoy?- preguntó sonriendo.
-No, pero joder… apareces ahí de repente.
-¿Perdón?
Fui a por café. Lo necesitaba para calentarme. Me senté en el mismo lugar que unas horas antes y encendí un nuevo cigarrillo.
-Oye, ¿y los demás?- pregunté al darme cuenta de que estábamos Jake y yo solos.
-Jeffrey se fue a no sé qué de una entrevista y los demás se fueron a comprar unas cosas.
-Ah…
-¿Había mucha gente?
-Que va… eso estaba desierto…
-Vaya… Haberme despertado y hubiese ido contigo…
-No quería molestarte. Bueno, yo me voy a echar una siesta o algo, cuando vengan los demás me despiertas.
-Vale.
Me fui a mi pequeña cama y enseguida me dormí.
Noté algo húmedo en la mejilla abrí los ojos y me encontré a Eric babeándome la cara.
-¡¿QUÉ HACES?!- grité dándole un empujón.
-Despertándote. ¿No lo ves? Ha funcionado perfectamente.
Lo miré con odio.
-Me tienes hasta los ovarios Eric...
-Sabes que te gusta.
-Un día te vas a llevar una buena ostia.
Dio un par de besos al aire y yo le empujé con los pies.
-¿Os apetece salir de fiesta esta noche?- preguntó Rose apareciendo en mi campo de visión.- Me han comentado que hay un sitio por aquí que es la leche.
-Conmigo no contéis.- contesté encendiendo un cigarro.
-Venga ya Laura, ¡no seas aguafiestas!
-No me apetece, Jack.
-Déjala, hoy se ha levantado con el pie izquierdo.- Se rió Eric.
Levanté la mano como si fuese a pegarle y rápidamente se apartó de mi lado. Esbocé una sonrisa torcida al ver su reacción.
-Eres una vagina, McDougall.
En ese momento la puerta del autobús se abrió y Jeffrey apareció tras ella.
-Hola chicos.- Saludó.
-Hola.- Coreamos los cinco.
-¡Tengo buenas noticias!- Exclamó Jeffrey.- Os he conseguido una entrevista en una de las revistas de música más importantes de toda USA.
Al oír esto todos nuestros rostros se iluminaron.
-La única pega es que solo podéis ir dos.
Nos miramos unos a otros algo desconcertados.
-¿Y quién irá?- preguntó Jake en nombre de todos.
-Eso lo decidiréis vosotros.- Contestó Jeffrey con una sonrisa.
-Tú quieres que arda Dallas, ¿verdad?- solté yo dramatizando.
-¿Por qué?
-¡Es evidente que todos queremos ir, Jeffrey!- casi gritó Rose.
-Oíd, yo no voy. Decidlo entre vosotros.- Anuncié.- Ya habrá otras entrevistas...
-No. ¡Ya sé lo que haremos!- exclamó Eric.- Lo echaremos a suertes.
Nos miramos los unos a los otros y finalmente decidimos que esa era una buena solución.
-Bueno, pues es fácil. Tenemos 5 papeles, dos de ellos tienen un punto, los que cojan esos papeles irán, fin.- explicó Eric.
Agitó la pequeña bolsita negra para hacer que los papeles se revolviesen y cuando decidió que era suficiente nos indicó que cogiésemos un papel. Uno a uno nos fuimos haciéndonos con nuestro papelito y esperamos a que el último cogiera el suyo para ver el resultado. Desdoblé mi papel y lo miré con atención. Punto negro. Me tocaba ir a la entrevista.

-De verdad que no me importa no ir. ¿Alguien quiere ocupar mi lugar?- pregunté inmediatamente.
-No, esto es así, te tocar ir a ti y ya está.- me dijo Rose.
Quería ir. Por supuesto que quería, pero sabía que los demás también y no me importaba esperar a la siguiente. Jack vendría conmigo. Se le veía bastante contento por ser "el elegido". Arrugué la nariz y rompí el papel.
-Bueno, ¿entonces qué? ¿Nos vamos de fiesta?- exclamó Rose agitando los brazos.
No podía creer que me había dejado convencer para ir a aquel bar. Me encontraba sola en la barra, con un vaso de whisky en la mano mientras los demás andaban por ahí ligando, bailando o sabe dios qué. Normalmente yo hubiese hecho lo mismo pero mi dolor de cabeza era terrible. Di un cortito sorbo a mi vaso y suspiré. De repente un chico de 1'83 aproximadamente, musculoso, grandote, rubio platino, que vestía como un cowboy se acercó a mí.
-Hola, soy Alan.- Se presentó.
-Yo Laura.
Nos estrechamos la mano y el sonrió.
-No he podido evitar fijarme en ti. Una chica tan guapa, sola...
-No necesito compañía.
-Yo creo que sí...
De repente me pellizcó el trasero. Lo soltó y me miro intentando poner sonrisa seductora. Solté el vaso que tenía en la mano, me volví hacía él, sonreí y, con todas mis fuerzas, le di un puñetazo en la cara. Alan cayó al suelo. Estaba preparada para propinarle otro puñetazo pero alguien me estaba sujetando. Intenté zafarme de aquel que me agarraba para que no le volviese a pegar pero me fue imposible. Cuando me tranquilicé un poco reparé en que toda la gente del local nos miraba. Rose, Jake, Eric y Jack vinieron rápidamente a donde me encontraba para ver que había pasado. Un camarero nos pidió que saliésemos de allí y nosotros obedecimos.
-¡¿Se puede saber qué coño ha pasado?!- gritó Rose ya en la calle.
-¡ESE TÍO ME TOCÓ EL CULO!-Chillé yo- ¡No iba a quedarme de brazos cruzados!
-¡Tampoco era cuestión de que le pegases!- me recriminó Eric.

-Bah, dejadme en paz. Yo no quería venir. Me voy al autobús. Hasta mañana.
Di la vuelta y eché a correr. Abrí la puerta del bus aún algo enfadada, cerré me tumbé y me tapé hasta la cabeza con una manta. Me quedé dormida en seguida.

Capitulo 1


Desperté al oír el fuerte sonido del claxon de un coche. Abrí los ojos despacio. Tenía la vista nublada. Parpadeé varias veces para recuperar mi visión normal. Miré por la ventana. Estaba muy nublado y parecía que iba a llover, las hojas de los árboles se mecían con el gélido viento del exterior. Bostecé. Tenía mal sabor de boca. Al recuperar la sensibilidad en todos mis músculos noté que algo pesado estaba sobre mis piernas. Dirigí la mirada hacía dicho objeto y descubrí a Jake. Me froté un ojo haciendo que mi mano se manchase de negro. “No más juerga por una temporada.” Pensé al sentir un intenso dolor de cabeza. Intenté quitarme a Jake de encima sin despertarlo. “Misión cumplida.” Me dije a mi misma después de apoyar la cabeza de Jake en el asiento sin que se despertase.
Con paso torpe me dirigí hacía al baño. Contuve las ganas de gritar cuando sin querer le di una patada a una botella de Jack Daniels. Abrí la puerta del pequeño baño aún sintiendo dolor en el pie y vi a Eric peinándose.
-Buenos días pequeña.
-No me digas pequeña, Eric.
-Vaya, ¿ya estás de mal humor?
-No. Ya sabes que odio que me llamen así.
Eric soltó una carcajada.
-No seas así mujer.
Levanté la mano dedicándole a Eric un gesto grosero con el dedo del medio. Él se volvió a reír, puso una mano sobre uno de mis pechos y lo apretó. Por acto reflejo le di una bofetada en la cara.
-¿Por qué has hecho eso?- exclamé.
-No sé, me apetecía...- contestó Eric frotándose el lado de la cara en el que había recibido la bofetada y poniendo una sonrisa de tonto en la cara.
-Que te den McDougall...
-Que graciosa eres.
 -¡Vete de aquí!
-Me estoy peinando.
-¡Que te vayas joder!
-Vale, vale....
  Eric salió del cuarto de baño no sin antes hacer uno de sus típicos gestos de pervertido total. Puse los ojos en blanco. Nos llevábamos genial, no os equivoquéis, éramos muy buenos compañeros y amigos pero solía sacarme de mis casillas. Cogí mi cepillo de dientes. “Tengo que vengarme” pensé mientras echaba la pasta sobre el cepillo. Me lavé la cara, me maquillé y me arreglé el pelo. Salí del cuarto de baño con cara de fingido enfado, caminé en dirección a mi maleta sin mirar a Eric que estaba sentado en una de las mesas tomando café. El conductor del autobús dio un frenazo para detenerse en una zona en la que podía aparcar y caí al suelo perdiendo toda mi dignidad. Eric empezó a reírse y yo no pude evitar hacer lo mismo.
-¿Quieres café?- me preguntó cuando consiguió parar de reír.
-Sí, pero espera que me vista.
Di un largo sorbo a mi café bombón y miré por la ventana.
-Hoy te toca a ti, ¿no?
-Sí... que mala suerte tengo...
-Tranquila, si quieres te cambio el día.
-No Eric, gracias. Prefiero hacerlo hoy. Además me gusta mucho este rollo de buscar a la gente así.
-Qué honesta eres...
-La idea no fue solo mía.
-En realidad sí.
-¿Cuándo se van a levantar estos vagos?- dije mirando a Rose, Jack y Jake.
-Déjalos... mejor así. Ahora podemos hablar tranquilos tú y yo.
-Ni que tuviésemos algo secreto de lo que hablar...
Di otro gran sorbo a mi café y apoyé la cabeza en la mano izquierda. Suspiré. Había empezado a llover y cada vez lo hacía con más intensidad. Ese día yo era la encargada de ir a buscar potenciales “seguidores” de nuestro grupo por las calles de Dallas, lugar en el que nos encontrábamos a causa de nuestra pequeña primera gira.
Mi trabajo consistía en repartir unos folletos publicitarios del grupo y convencer a la gente de que comprase nuestro disco y fuese a nuestros conciertos. Lo cierto era que me gustaba, me encantaba tratar con la gente aunque algunos me mandasen a paseo.
Aquel día era diferente, tenía un tremendo dolor de cabeza, por culpa de nuestra fiesta de 5 personas improvisada que habíamos montado en el autobús de la gira con las botellas de Jack Daniels que teníamos por allí, y para más inri el tiempo no era el más ideal para estar vagando por las calles.
-Oye McDougall...- Empecé.
-Dime.
-¿Crees que esto saldrá bien?
-¿El qué?
-Ya sabes... Esto... Lo del grupo... No sé... A veces dudo...
-Tranquila. Saldrá bien, confía en mí.
-Eso espero... 
Apuré la taza de café y me acomodé en el asiento. Suspiré profundamente y me puse a pensar algunas ideas más para nuestra promoción.